ENTRE LO MÁGICO Y LO TERRENAL.
*Foto de Susana De Joy . Confesión de un Dios en el presidio* La única disculpa de Dios es que no existe Friedrich Nietzsche , Ecce homo Aprendí que, en solitario, cada uno de los individuos de este planeta exhala debilidad. Se necesitan unos a los otros para poder dominar a otras especies y al duro clima imperante. En ocasiones su solidaridad con los miembros más frágiles de su comunidad me conmueve y me siento orgulloso de haber venido a acompañarlos. Pero en otras se detestan y pueden hacerse daño con infinita crueldad. Pueden ser afables e ignorantes al mismo tiempo. No ignoran que no están solos en el universo. Que hay tantos planetas como granos de arena acumulados en las playas de este. Pero viven como si el mundo terminara en sus narices o en el fondo de sus bolsillos. Con sus semejantes tienen una relación dispar. La naturaleza de esta gente es la envidia y la desconfianza. Con los pueblos vecinos