COMO EL BESO DE LAS BIENVENIDAS.

 


*Foto de Noelia Ceballos.

https://www.instagram.com/noe_ce_arte/

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lugares*

 

 

Ella guarda las palabras

entre los pliegues de sus lágrimas

ocultas en sobre lacrado

a su vez muy bien guardado

en la cartera negra

que esconde en cajón profundo

del Gran Placard

(con él tapa la ventana

hasta cegar el último ojo de la casa) 

Luego se sienta

sobre la falda de su madre

y escribe versos claros como lirios 

 

*De Silvia Arazi.

 

 

*Silvia Arazi es poeta, narradora y cantante. Su libro Qué temprano anochece obtuvo el Premio Julio Cortázar de Narrativa Breve en España. En poesía publicó Claudine y la casa de piedra, y La medianera (una novelita haiku) que obtuvo el Segundo Premio del Fondo Nacional de las Artes. Su novela La maestra de canto fue traducida al alemán y al holandés y llevada al cine. La separación, novela, se publicó en Argentina, España, países del Mundo árabe, República Checa, India, Bulgaria y Macedonia. Para público infantil publicó La familia Cubierto, El niño de pocas palabras, Vidas de Gatos (para cantar con un niño o un gato) con canciones de su autoría y La niña que vivía en las nubes.

En el mes de octubre editorial Emecé publicara su nueva novela:

La voz de la madre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*

 

Suspendido

en la luz

el día

deslumbra.

Duele

este brillo ciego

sobre el patio

mojado,

este fulgor

carente

de inocencia

habitando

la tierra del gris.

Hay tanta vida

húmeda

aún sobre la hierba.

Es urgente

someterse a la luz,

salir a vivir.

 

*De Mariana Finochietto. mares.finochietto@gmail.com

 

- Mariana nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en City Bell. Publicó: Cuadernos de la breve ceguera (La Magdalena 2014). Jardines, en coautoría con Raúl Feroglio (El Mensú, 2015) La hija del pescador (La Magdalena, 2016).  Piedras de colores (Proyecto Hybris 2018). El orden del agua, GPU Ediciones (2019)

-Su libro MADURA, ha sido editado por Editorial Sudestada (2021)-

 

 

 

 

 

 



 

 

 

 

 

Un concierto*

 

 

*Por Jorge Isaías. jisaias4646@gmail.com

 

Cuando el atardecer se vaya aproximando lentamente como una mancha que saliera de ese maizal alto que se aproxima a la casa.

Cuando las sombras se vayan arracimando, quitando la luz hueca del día, y la negrura de la noche solo trague esa multitud incontable de pequeñísimas luciérnagas rápidas, arbitrarias, eléctricas, ciegas de un lado hacia otro. Locas. Como si hurtaran sombras, como si quisieran ganar un terreno que no les pertenece, que a puro empeño andan luminosamente extáticas.

Cuando la noche se aposenta señorona sobre esa pequeña chacra que rodean maizales y sostienen el grito angustioso de los terneros llamando a las madres, ese hombre solitario recién saldrá de las sombras con ese inmenso farol que estuvo encendiendo -tratando de encender y colgará de un gancho de alambre atado a un gajo de un paraíso añoso y lleno de cicatrices y de cortezas inmemoriales. Esas cortezas que recorren los insectos y las hormigas que aún no pudieron con él.

Ese hombre solitario que ingresa por esa puerta que lo devora entero, saldrá con una silla que depositará cuidadosamente en el patio de tierra apisonada y bien barrida. Volverá a entrar por esa puerta honda de la casa aún en sombras y que habrá de permanecer un tiempo largo así.

Desde el fondo de las habitaciones saldrá con una guitarra en la mano derecha, se acomodará tranquilo en ese ritual que lleva muchos años. Se habrá de sentar acompañado de su parsimonia añosa, templará como al descuido esas cuerdas buscando un tono. Habrá de interrumpir aún y mirará ese campo que se come el haz luminoso del farol, pondrá el oído presto hacia el campo que en ese momento quiere transmitirle algo, no lo sabemos, porque es verdad que en esa hora prima de la llanura el campo es todo oídos, el hombre no puede ser menos, no se quiere perder el ruido del mar que dejó en su niñez en aquella Europa milenaria que a veces extraña más y a veces mucho menos, porque el hombre con sus años, tan solos, que ya han hecho una llaga sobre su corazón casi más tosca que las que la escarcha produjo en sus manos que manejaron por cincuenta años las alas de la mancera. Más de una vez creyó que iría a volar detrás de ese revolotear de las gaviotas blancas que se disputaban los gusanos, las isocas y tanto manjar cuando la reja clavándose en la tierra la diera vuelta y una lengua muy negra se mezclara con esa zona de amarillento pasto donde tuvo el valor de clavar ese acero condenado a desflorar.

Después de un rato de aprontes, por fin emprenderá el sendero de la música que no será esta noche el filón nostálgico y doloroso de sus canciones antiguas sino unas milongas criollas que le ha hecho conocer el vecino, un puestero también muy mayor como él, un auténtico entrerriano de Montiel, solitario como él, pero la soledad suya no es por soltería como el hombre que deja acariciando las cuerdas de una guitarra, sino una viudez lejana, y si no fuera por este gringo, mal lo pasaría con sus hijos desflecados al viento.

Cuando el criollo monte ese moro manso ya se pondrá en camino desde su rancho a la casa de ladrillos que lo espera con esa gran luz aplanándose sobre el patio de tierra, para provocar un concierto que solo escucharán los sapos, las ranas y esos terneros guachos que gimen lastimeramente buscando a su madre.

 

 

 

 






 

 

 

*

  

Habrá

tiempo para darnos esas cosas

que no debimos dar;

pedacitos de corteza,

extravíos de gorriones,

la ceniza azul de nuestros muertos.

Ahora,

debemos ser los que no pueden

acariciar la sombra del que huye

siempre

hacia algún lugar,

el que busca la puerta

donde la luz se asoma a las ventanas,

mansa,

como el beso de las bienvenidas.

Allí, donde la luz

no es

este deslumbramiento atroz,

esta salvaje ternura prodigiosa.

 

*De Mariana Finochietto. mares.finochietto@gmail.com

 

 

 







 

LAS SUELAS DESTROZADAS*

  

Un día voy a calzarme las viejas zapatillas y encuentro que la suela de goma se ha abierto completamente. Y no en una, sino en las dos. Me sorprendo como cada vez que esto me pasa, y pienso en la fatiga del material, en ese instante ya predeterminado desde la fábrica, fijado para la caducidad y el desgarro.

Recuerdo que usé ayer las zapatillas, y estaban bien. Y de pronto hoy las dos suelas destrozadas. Como las flores del bambú, que se abren en todo el mundo unidas por una red intangible, como las gemelas que se despiertan en el dolor compartido, y una llora, y a la otra la angustia le cierra el pecho.

Pero encuentro las suelas destrozadas, de pronto. Y ayer no estaban así. Y quién es esa mujer que en el espejo me devuelve una mirada con otro color de ojos, con otra expresión, con unas arrugas que no eran y con esa tristeza de ver un poco más allá, más arriba, un tanto más atrás de las cosas. Si yo sigo haciendo chistes tontos, sigo bailoteando, sigo yendo al baño en puntas de pies y a la carrera. Quién es esa mujer que apareció así, de improviso, tan de un día para otro que hasta mi madre me dice que en las fotos del año pasado todavía estaba esa muchacha con sonrisa abundante. Pero ya no. Pero ahora esta mujer oscura, esta mujer que no se reconoce.

Me miro y hay un pozo allí. Hay una persona con fatiga de material. Alguien que no permaneció incólume, que finalmente y de un día para otro se rasgó y se le nota.

No es extraño envejecer. No es inusual que los profundos dolores y las terribles tristezas nos tracen un mapa debajo de la piel y en la escritura de la mirada. Lo que me sorprende es lo súbito, lo extraño de que una imagen nueva y sin embargo tan verdadera se presente en los reflejos.

Me miro en el espejo. Veo las noches, tantas oscuridades, la cercanía de las muertes, las partidas, los dolores de la traición esperada e inesperada. Veo la acumulación de días, la soledad que hizo muros, la dulzura de los llantos calmos como lloviznas. Veo una mujer triste allí. Menos pronta a juzgar, más pronta a la ternura, pero tan cercana a la melancolía.

Tomo las zapatillas rotas, las pongo en una bolsa, las desecho. No le servirán a nadie. Me miro en el espejo, le sonrío a esa mujer triste, me visto con una prenda de colores claros y preparo para ella alguna futura felicidad.

Saludo a la mujer que he venido a ser. Me miro detenidamente para no perderme, para reconocerme entre la multitud.

 

*De Mónica Russomanno. russomannomonica@hotmail.com

 

-Más textos en AURORA BOREAL: http://auroraboreal.net/literatura/puro-cuento/2025-relatos-de-monica-graciela-russomanno

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LAS PATAS DE LA MESA*

 

 

Mi abuela

observa a sus pequeños hijos,

no quiere que crezcan

no quiere verlos de pantalones largos

y bigotes finos,

si crecen se volverán hombres

y ya se sabe:

los hombres le hacen mal al mundo,

lo forjan con sangre.

Para que sus hijos

no cambien de tamaño

mi abuela los sujeta desde los tobillos

a las patas de la mesa.

El tiempo correteó rápido

entre nosotros. Y aquí estamos,

somos una familia

con gente de baja estatura

que se sienta a comer en mesas

de una medida descomunal.

 

*De Irma Verolín. irmaverolin@hotmail.com

 

 

-Irma Verolín ha publicado libros de cuentos: "Hay una nena que gira", "La escalera del patio gris", “Una luz que encandila” y “Una foto de Einstein tocando el violín”.

Novelas: "El puño del tiempo", "El camino de los viajeros" y “La mujer invisible”. Y también una serie de títulos en literatura infantil en distintas editoriales. Obtuvo diversas distinciones entre las que se destacan Premio Emecé 1993-94, Primer Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires Eduardo Mallea, Primer Premio Internacional “Horacio Silvestre Quiroga”, Primer Premio Nacional Macedonio Fernández, Primer Premio Internacional de Puerto Rico, Primer Premio Internacional de Novela Mercosur. Tres de sus novelas fueron finalistas en los premios Fortabat, La Nación de Novela, Planeta de Argentina y Clarín.

-En poesía publicó “De madrugada” en Ediciones del Dock y “Los días”, editorial de la Fundación Victoria Ocampo, Primer Premio Horacio Armani 2014 otorgado por la misma fundación y “Árbol de mis ancestros”, Editorial Palabrava 2018. Algunos de sus poemas fueron traducidos al ruso, portugués e italiano. Fue becaria del Fondo Nacional de las Artes en 1999.

-En 2021 publicó por Editorial Ciccus su libro de cuentos:

"Fervorosas historias de mujeres y hombres"

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

El club de los rígidos*

 

Con el lema de “Toda rigidez va en contra tuyo” me invitaron a ser socio fundador del club.

No creí tener mérito para el honor innegable de figurar entre los fundadores de una institución.

Puse condiciones: que sean reuniones sin temática previa. Que no sea un club “monotemático” ni de fans ni de encuentros de poesía, ni taller literario ni de...

Que la sede de los encuentros sean bares o plazas del gran buenos aires. Y, por último, que para llegar a los encuentros haya que viajar en tren.

Tuve percepción de la rigidez de mis demandas. Muy a pesar mío, los miembros del futuro club fueron flexibles…

 

*De Eduardo Francisco Coiro.

https://www.facebook.com/CansadoDeTriunfar/

 

 

 

 

 

 

 

*

 

 

Algún día supe que, así como hay perfumes sensuales o alegres, hay perfumes tristes, y que el sufrimiento tiene también un perfume delicado, pacífico, un poco brutal. Pero que yo nunca lo elegiría y siempre sentiría odio por los que crean esos jardines de la desesperanza y los crean tranquilamente, como si nada, o peor, como si fuera necesario.

 

*De Liliana Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com

 

 

 

 

 

Inventren

https://inventren.blogspot.com.ar/

 

 

 

 

¿La vida es frágil o fuerte? *

 

Viajaba en tren sentado al lado de un muchacho que leía “Adiós a la filosofía” de Cioran. Miré de reojo el texto pero solamente leí la palabra “escupitajos”.

Cuando bajé, caminé cuadras hasta dar con una librería. La curiosidad por aquel libro era una espina bien clavada. Del otro lado del mostrador atendía la dueña, una anciana muy vital que echaba chispas desde sus ojos claros. Sin importarle que la escuchara, siguió protestando con tono de rabia contra alguien de su familia. Un empleado simulaba cierta escucha mientras acomodaba libros en los estantes más altos.

La situación me desubicó -creo- porque en lugar de preguntar por el libro de Cioran pregunté ¿La vida es frágil o fuerte?

La anciana bajó desde aquella nube de malestar donde expresaba a truenos sus problemas familiares y se dispuso a una respuesta:

Soy catalana. A los 14 años por una enfermedad desconocida estuve en coma por 4 días. A mi madre le dijeron que no podría hacer el equilibrio necesario para caminar. La pobre quería dejarme en cama. Pero yo no me quedé. Me levanté, me caí y desmayé. Luego conseguí andar en patines, me caía y me volvía a levantar.

“Me caigo y me levanto” decía una y otra vez.

Vivíamos en una chacra en Entre Ríos, al poco tiempo anduve a caballo.

Y seguí andando a caballo hasta unos años atrás. Tiré todo lo que me sujetaba.

Tuve hijos. 7 nietos. Y aquí estoy.

Pero le costó la vida a mi madre.

Ella que me veía tan frágil murió a los 53 años.

 

-Me fui sin buscar el libro, pensando que la vida es frágil y fuerte a la vez.

 

*De Eduardo Francisco Coiro.

https://www.facebook.com/CansadoDeTriunfar/

 

 

 

 

Próxima estación por antiguo ferrocarril Midland:

 

LIBERTAD.

 

-Final del recorrido literario por el Ferrocarril Midland-

 

En Libertad, la antigua sede de los talleres ferroviarios estará terminada la aventura literaria del antiguo Midland. Desde Marinos –una estación relativamente joven- hay un tren real –el Belgrano Sur- que puede recorrerse hasta Aldo Bonzi en el tramo original del Midland para continuar por las vías que fueron alguna vez del Compañía General Buenos Aires hasta la estación Sáenz.

Queda renovada la invitación a participar en la última estación del Midland literario. Que la utopía del tren literario no se detenga y haya fuerza demencial literaria para seguir adelante con el extenso recorrido del Provincial.

 

 

 

InventivaSocial

Plaza virtual de escritura

 

-Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco Coiro.

Blog histórico & archivo: https://inventivasocial.blogspot.com/

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