EDICIÓN AGOSTO 2024
*Dibujo de Erika Kuhn.
https://obraerikakuhn.blogspot.com
MITO*
Yo soy el primer el
soplo
que sobre la
superficie del océano se transformó en ave.
Yo soy el ave cuyo
vuelo palpita
en el corazón de la
montaña.
La montaña
cuyos úteros dieron
formas a los huesos
del primer hombre.
El primer hombre
en cuyas manos los
dioses tomaron formas,
formas, sustancia de tiempo
en un espacio
predeterminado.
Yo soy el ave
cuyas alas se
extienden más allá
de la vida y la
muerte.
*De Daniel Montoly.
Columbus. Ohio
La sustancia de los
sueños*
Fantasmas amigos caídos en el camino
me visitan en un territorio desconocido
dispuestos al juego de ser conmigo
un poco diferentes a sí mismos.
Bajo otra luz ajena sus sombras se mueven
y juntos somos aquello que nunca fuimos.
Ellos renuncian a la verdad para volver
a ser desde la bruma del olvido. Saben
de mi gratitud, mi dolor y mis culpas.
Ellos conceden y yo concedo
la objetividad no es un valor
que nos ampare a mí o a ellos.
Ese fantasma que consienten
es el que nos escribe a todos
contra el desaire del tiempo.
*De Horacio
Rodio. horaciorodio@hotmail.com
-Horacio
Rodio nació en Llavallol, provincia de Buenos Aires, en 1954. Realizó
talleres con Laura Massolo y Liliana Díaz Mindurry. Obtuvo más de cien premios
nacionales e internacionales en cuento, poesía y novela, con publicaciones en
Argentina, España, Colombia y Chile. Es autor de los libros de cuentos Palabras de piedra (Baobab, 1999), Media baja (Dunken, 2012) y La insistencia de la desdicha (Ruinas
Circulares, 2018), y de los poemarios El
cinturón de Orión (primer premio del 15° Concurso “Adolfo Bioy Casares”,
Ediciones Municipalidad de Las Flores, 2022) y El libro de Hopper (Pierre Turcotte Éditeur, Canadá, 2023). Ese
mismo año, el sello español Avant Editorial publicó su novela Ausencia y error.
-Nuevo libro de cuentos de Horacio Rodio-
La oscuridad de los
hechos.
-Editorial Esa luna tiene agua.
Brama
la bruma*
Brama la bruma en el espejo del tiempo.
No son buenos tiempos para caminar el
bosque:
una densa niebla, musgosa, lo cubre.
Voy por otros senderos, de horizontes
llanos,
/ abiertos, profundos
donde la luz no se mezquina.
Y me detengo todo lo necesario, sin apuro,
en una flor,
en un insecto, en algún animal desprevenido
de mi mirar.
Siento los aullidos que devoran la piel
la quemazón de las esperanzas y de los
sueños
que no huyen en bandadas
se enceguecen y mueren en los ojos;
flotan en la bruma los ancianos,
los niños, las embarazadas
los muchachos y las muchachas
flotan
con el dolor de collar,
a los manotazos
sin poder nadar.
Y miro una y otra y otra vez
con la poca luz de la llanura
que arropé en mis bolsillos
para derramarla sobre la bruma.
- Hago mi trabajo, dijo el Mainumbí,
al llevar con su pico una gota de agua
y dejarla caer en el incendio del bosque.
Entonces
cruzas tú, con tus pies suaves y descalzos
la arena de la noche
llenándola de forma femenina…
y sueltas tus azahares de hembra
codiciada hembra
para que vuelva al llano en busca de la
luz.
*De Oscar
A. Agú.
Santo Tome. Santa Fe.
-Fuente: El Arca del Sur N° 100.
*
Cuando era fácil el
amor me regalaste
una tacita inglesa,
con faisanes rojos
sobre un campo dorado
que compraste
en alguno de tus
viajes.
Yo compré
hebras de té y cada
día
mi despertar fue
calentar el agua
para hacer una
infusión
que se pareciera a
despertar con vos.
La taza se rompió
y la llené de tierra
fértil y planté
un rosario de la
virgen
para que caiga
desde un estante de mi
biblioteca
y se parezca
a leer con vos.
Yo no sé, pero aprendo
cada día
que la lealtad es más
poderosa que el amor,
pero el amor
cabe mejor en las
pequeñas cosas.
*De Mariana
Finochietto. mares.finochietto@gmail.com
-Mariana
nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires.
Actualmente vive en City Bell.
-Publicó: Cuadernos de la breve ceguera (La Magdalena 2014).
Jardines, en coautoría con Raúl Feroglio (El Mensú,
2015)
La hija del pescador (La Magdalena, 2016).
Piedras de colores (Proyecto Hybris 2018).
El orden del agua, (GPU Ediciones 2019).
MADURA, Editorial Sudestada (2021)
-Quiero
sacar la cabeza por la ventanilla de tu coche.
Halley ediciones (2022)
Patio.
elandamio ediciones. 2023
-Coordina Microversos, talleres de exploración literaria.
BEDUINOS*
El desierto se presentaba delante de ellos
como un mar de arenas sin fin y a pesar de ir dejando atrás una duna tras otra,
la aparición de otras de igual apariencia les hacía tener la sensación de que
no avanzaban en su huida.
No se arrepentían de su decisión y el amor
que les había lanzado a marcharse de sus respectivas tribus les daba fuerzas
para seguir. Su amor estaba por encima de las rencillas, los odios y las continuas
peleas que durante décadas habían enfrentado las dos familias.
Sólo la casualidad hizo que se conocieran y
gracias es ella se había fraguado aquel amor que les llevó a resolución de huir
y formar su propia familia lejos del pasado.
Al cabo de muchas jornadas llegaron a un
oasis pequeño y escondido detrás de unas formaciones rocosas de escasa altura,
pero que mantenían el lugar lejos de las miradas de circunstanciales
trashumantes por lo que decidieron establecerse allí.
Con el curso de los años, tuvieron dos
hijos, consiguieron cultivar la tierra y tener algunos animales pudiendo con
todo ello vivir una vida tranquila, feliz y en paz.
Una mañana despertaron sorprendidos al ver
que el oasis había desaparecido, sus dos hijos no estaban y el huerto y los animales
se habían esfumado. Sentados sobre la arena caliente con los primeros rayos del
sol de la mañana, se miraron a los ojos y comprendieron, con desesperación, que
habían vivido todos aquellos años en un espejismo.
*De Joan
Mateu.
*
Había un cosmos
escondido
manojos de pétalos
frutas enlazadas en
hilos de oro
había figuras de ébano
comunidad de labios
y un sonido
un sonido con ritmo
humano
calidez distinta a mi
respiración
aunque parecida
había una textura
suave, muy suave
más allá de la
infinita trama
de líneas de tiempo
todo guardado en un
baúl de piedra lunar
detrás de lo que podía
ver
intuir
vos.
*De Lorena
Suez. suezlorena@gmail.com
-Lic. en Ciencias de la Comunicación /
Psicóloga Social
-Mentoría de procesos creativos
-Taller de escritura y emociones.
Poesía
en el lado oscuro de la luna*
Cuando llegué a la luna, abrí mi valija y
saqué las pocas cosas
que necesitaba para pasar esos días
creyendo que podían convertirse
en una buena oportunidad para hacer cosas
postergadas:
el libro de Chéjov sin terminar
el álbum de fotos que no miraba hace tiempo
el avioncito para armar que mi padre me
había traído
de uno de sus viajes
y yo dejé sin tocar desde mi niñez, el cubo
de Rubik
para intentar resolverlo y un cuaderno para
escribir poesía.
Ahora que volví a la tierra veo a todos
estos objetos
junto a mí, en el banco de siempre en la
plaza
el libro de Chéjov, el álbum de fotos, el
avioncito armado
y el cubo de Rubik sin resolver.
Estaban todos, salvo el cuaderno que olvidé
en su única página escrita hay un poema
que ahora gravita sobre un cráter
en el lado oscuro de la luna.
*De Andrés
Bohoslavsky. vladimirbeat@yahoo.com.ar
-Medianoche
en la plaza de los sueños y otros poemas, Buenos Aires, Leviatán, 2021.
Un rayo de luz*
Debajo de la sombra
verde
de esta mañana puedo
pensar
en tu voz cuando me
dice
que el amor se
diversifica
como nunca habías
imaginado.
Se refracta
innumerables veces
como la luz que
atraviesa estas ramas
y se disemina a
nuestro alrededor.
Ahora sólo se me ocurre
pensar
que una mano sobre una
mejilla
son suficientes para
tanta profundidad.
Y frente a eso
cualquier argumento
se desvanece. Saber
que el amor es sólo
un rayo de luz capaz
de atravesar
la copa de un árbol frondoso.
*De Cecilia
Figueredo. ceciliafigueredo@gmail.com
Concordia. Entre Rios.
Después
supimos*
En mi niñez no ser feliz era una cosa,
cómo poder decirlo,
algo así como ir al colegio con olor a humo
en el pelo,
No ser feliz desmerecía a los mayores
y desnudaba el frágil mundo de los chicos.
Cada cual mentía a su manera
porque era demasiado cargar juntos:
el dolor de la infelicidad
y el estigma de la tristeza.
Después ocurrió que ser feliz
era cosa de seres simples.
Es que todos pensábamos la felicidad
como un cielo,
algo desmesurado y eterno,
pero la felicidad,
después supimos,
eran sólo treguas
del infierno.
*De Horacio
Rodio. horaciorodio@hotmail.com
-Horacio
Rodio nació en Llavallol, provincia de Buenos Aires, en 1954. Realizó
talleres con Laura Massolo y Liliana Díaz Mindurry. Obtuvo más de cien premios
nacionales e internacionales en cuento, poesía y novela, con publicaciones en
Argentina, España, Colombia y Chile. Es autor de los libros de cuentos Palabras de piedra (Baobab, 1999), Media baja (Dunken, 2012) y La insistencia de la desdicha (Ruinas
Circulares, 2018), y de los poemarios El
cinturón de Orión (primer premio del 15° Concurso “Adolfo Bioy Casares”,
Ediciones Municipalidad de Las Flores, 2022) y El libro de Hopper (Pierre Turcotte Éditeur, Canadá, 2023). Ese
mismo año, el sello español Avant Editorial publicó su novela Ausencia y error.
-Nuevo libro de cuentos de Horacio Rodio-
La oscuridad de los
hechos.
-Editorial Esa luna tiene agua.
*
Anoche soñé que el
viento nos hablaba. Soñé que nos mostraba con qué facilidad podía hacer volar
una ciudad. Con qué rapidez podía sacarnos del medio, tirarnos lejos. En un
segundo miramos por la ventana y nos vimos volar a más de 130 Km por hora. Es
un mensaje, pensé. El viento nos seguía hablando. Nos decía que la capacidad de
juntar es más difícil que la capacidad de separar. Que juntar dos elementos
exige cuidado, fuerza, precisión. Pero juntar, nos decía, exige sobre todo otra
cosa: delicadeza. Lo decía con la suavidad de quien toca a un recién nacido.
Delicadeza en la fuerza, en la luz, en el tiempo. Lo último que recuerdo es
haber visto uno de mis vestidos abierto como un pájaro contra los rombos de un
alambrado.
*De Valeria
Pariso. valeriapariso@outlook.com
-Publicó los libros de poesía: "Cero sobre el nivel del mar"
Ediciones AqL (2012), "Paula
levanta la persiana", Ediciones AqL (2013); "Donde termina esta casa", Ediciones de la Eterna (2015),
"Del otro lado de la noche"
(2015) Editorial El Mono Armado, "Triza"
(2017) Editorial Detodoslosmares, "La
trilogía: Uva negra/ Mascarón de proa/ El castillo de Rouen", Vela al
viento Ediciones patagónicas (2018), Segunda edición AqL (2020), Zarmina, Primer Premio del Concurso de
Letras, categoría poesía, del Fondo Nacional de las Artes, año 2019, Ed.
Mascarón de proa (2020); "Flores
para no regar", Editorial AqL (2021).
- “Final
francés”, AqL ediciones, 2023
Inventren
https://inventren.blogspot.com.ar/
Estación Funke*
Me dijo el Coiro que en la estación de tren hay un observatorio
astronómico, y me invitó a ir a verlo. Yo viajo desde Santa Fe, él desde
Témperley, y se supone que nuestros caminos coincidirán al final de dos líneas
de puntos, en un circulito negro en el mapa, convenientemente marcado con la
figura esquemática de un telescopio apuntando al ancho espacio.
Como en todas las aventuras Coirísticas, se advierte desde el vamos una
cierta confusión, a pesar de larguísimos textos por WhatsApp que,
sorprendentemente, siguen aportando más oscuridades e imprecisiones que datos.
El trayecto desde Santa Fe es arduo, es complicado, está plagado de
esquinas y torceduras aquejadas de sinuosidad. Los árboles y las alambradas,
las vacas, las casitas de destino solitario, los caranchos perseguidos por
pajaritos que intentan salvar sus crías. El barro y las lagunitas ahora que de
pronto los cielos se prodigan en lluvia. La pesadez de los ojos cansados, el
deslumbramiento lúcido por la noche mal dormida. La irrealidad de todo intento
de cambio, eso de que una sigue siendo exactamente la misma pese a los
kilómetros que se van alejando detrás de los colectivos. Esa molestia en el
dedo donde me clavé ayer una espinita.
Llevo horas de rodar sobre pavimentos grises, horas de espera en
transbordos desteñidos, pero la pequeña herida que me hizo el tallo erizado de
espinas sigue haciéndose notar. Qué extraño que la planta asustada siga en un
patio ya tan en otra provincia, y la herida siga reclamando continuidad témporo
espacial aquí en la yema de mi dedo. Esas perplejidades de quien se desdibuja
en el reflejo de ventanillas sucias.
No fue ni cómodo ni rápido el trayecto, pero estoy ahora aquí en Funke,
mirando alrededor para encontrar la figura desgarbada del Coiro, las zapatillas
apuntando una para cada lado, con ese aire de quien no pertenece al país ni al
siglo, más extranjero que aquel que bajaba en la pampa de una carreta, todavía
con el bamboleo del barco que lo trajo de las Europas meciéndole los huesos.
Pero claro, el Coiro no está, la estación está abandonada, nadie sabe ni
una palabra de un observatorio astronómico.
Camino por las vías llenas de yuyos, me siento en una parecita de
ladrillos. Percibo la humedad a través de la tela, y el olor agreste de los
yuyos. Hay verbenas como sangre salpicada, y todo es claro y preciso. Puedo ver
el paisaje como un cuadro hiperrealista, absurdo en la profusión innecesaria de
detalles. El cielo es tan azul que duele mirarlo.
Y aquí estoy, atrapada en un universo tan
real que cada ínfima hoja de cada innumerable árbol proyecta su sombra diminuta
sobre el suelo. Las cortezas de los álamos son complicadas, los dibujos no se
repiten, y cada ladrillo de las construcciones posee su brillo particular, sus
marcas y sus virajes al marrón o al naranja que los hacen individuales y
únicos.
Supongo que el Coiro hizo su esfuerzo y también ha venido a la estación
Funke, pero él está en su propio lado del cristal. El Coiro arribó a Funke en
un tren que ya no existe, y su estación de trenes se resuelve en un cuadro
impresionista, difuso, con nubes apocalípticas en cielos violetas donde los
azules se encuentran con la furia de los morados. Debe de estar él también
esperándome, mientras un hombre de cara imprecisa lo hace pasar al
observatorio, recién inaugurado, pero ya obsoleto. No puedo verlo, pero adivino
su mano girando la manivela de un telescopio del siglo diecinueve, bello e
inútil, brillante de cobre y bronce.
Me resigno a volver a mi casa, y mientras es de noche en los campos que
saltan por fuera del colectivo, sé que los ojos del Coiro están absortos en el
cielo estrellado de Van Gogh, aturdido en el giro desaforado de las estrellas.
*De Mónica
Russomanno. russomannomonica@hotmail.com
-Próxima estación:
FRANCISCO A.
BERRA.
-Continuidad literaria por el Ferrocarril Provincial:
ESTACIÓN GOYENECHE.
GOBERNADOR UDAONDO.
LOMA VERDE.
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.
GOBERNADOR DE SAN JUAN RUPERTO GODOY.
GOBERNADOR OBLIGADO.
ESTACIÓN DOYHENARD.
ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA.
D. SÁEZ.
J. R. MORENO.
EMPALME
ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.
LISANDRO OLMOS.
INGENIERO
VILLANUEVA.
ARANA.
GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
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